¿Te gusta? ¡Compártelo!
La verdadera prueba para un autófilo verdadero es ver el potencial en un automóvil, lo cual es fácil de pasar por alto. Literalmente no hay un auto más fácil de ignorar que un automóvil inteligente. Una vez durante un viaje a Paris, Roger quedó fascinado. A medida que los autos de velocidad se movían por las estrechas calles, él tuvo la visión de tener un auto compacto que pudiera estacionarse en cualquier lugar.
Poco después de regresar de su excursión a Europa, Roger se compró un auto inteligente. Probó el vehículo en el Sobrante, un circuito donde conduce regularmente para evaluar el rendimiento de cualquiera de los vehículos que tiene en su garaje; éste auto era inestable y vibraba.
Hubiera sido fácil deshacerse del carro poco después de conducirlo y perder el dinero de la compra. Pero de eso no se trata la creación. Roger se propuso reformar su diseño mecánico en algo que estuviera orgulloso de conducir.
Le puso muelles más bajos en la parte posterior y comenzó a ver lo que todos en París entendían por esencia. La naturaleza ágil del vehículo le permitió rodar a través de baches como un especialista en cuerda floja.
Como pintor, Roger tiene una afinidad por los colores llamativos. Así que le pintó la carrocería del auto de color naranja explosivo y las ruedas negras. Algo a lo que se refiere cariñosamente como “La Pequeña Calabaza”.
Con nuevos frenos de tambor en la parte trasera y un modesto tanque de 8.2 galones (39 millas de recorrido con esos pocos galones), Roger no tiene más que el camino abierto. Como una Cenicienta moderna en camino al baile, él y su “Pequeña Calabaza” esperan que los miren y dejar a muchos con la boca abierta.
¿Tienes una historia que compartir? Envíanos un mensaje a hello@lepitclub.com.
Si tiene pasión por los vehículos, tiene un lugar aquí.
