El Lado Positivo de la Obsesión

«El amor no es como se ve en las películas.»  Todos hemos escuchado este consejo de las personas cercanas a nuestra vidas. Pero,  que pasa si el amor si se parece como en las películas? Simplemente no sigue la trama?

Susan y Joey manejan un par de  famosos e infames autos que han agraciado la pantalla grande con la película de Steve McQueen, «Bullitt», película de suspenso de 1968. Susan con su Bullitt Mustang y Joey con su Dodge Charger.

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El Bullitt ’67 de Susan

Cada vehicologo tiene un momento es sus vidas cuando se dan cuenta que ya no son simples entusiastas de autos…sino que son unos autófilos de gran escala.

Mientras que Susan posee un Bullitt Mustang del 2019, y un Coupe del 1965, su más notable compra fué durante la pandemia. Fue en el 2020 que Susan compró un Bullitt Mustang del ’67 que tenía un gran parecido al auto legendario de Steve McQueen.

Ella siempre tuvo una obsesión con fastbacks, y una noche, mientras navegaba por Facebook, serendipia tomo lugar. Luego de una rápida llamada telefonica y retiro de dinero del banco, Susan se vuelve la  orgullosa dueña de un «desastre total».

El trabajo que se le ha hecho al auto, parece como el problema del Barco de Theseus pero como si fuera hoy día: Cada pulgada del coche ha sido reconstruida. Se le puso un 427 EFI Windsor con un torque impresionante de 552lb-ft. El trabajo de cuero de interior del auto fue totalmente reconstruido. Es un coche que hace girar cabezas y para corazones con su look clásico, y tiene también…un nuevo corazón de oro.

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El Charger ’69 de Joey

Joey se enamoró de los autos en el cine en 1969, cuando se fue a ver la legendaria película de Steve McQueen. Mientras sus amigos salivaban por el Mustang verde, el se quedó cautivado por el Dodge Charger negro. 

Tan ferviente era su sueño que millas de muscle cars pasaron por sus manos: Un Impala del ’63, Mustangs, imposible nombrar todos. Llegó al punto donde el estaba renovando varios coches por semana. Desarrmándolos. Reconstruyéndolos. Hasta que un día encontró el auto de sus sueños. Un Dodge Charger negro del ’68 con una gran necesidad de  todos los reparos imaginables.

Contratista de profesión y mecánico fuera de horas de trabajo, Joey comenzo el arduo trabajo de reconstruir de cero lo que alguna vez fue un glorioso auto. Eventualmente, lo restauró a su antigua gloria. 

Un final diferente

Mientras que Steve McQueen famosamente perseguía a matones por las calles de San Francisco, ahora Joey y Susan manejan el mismo tipo de coche por las mismas calles pero con un efecto totalmente diferente. Contentos de hacer girar cabezas en los shows de autos, la pasión que pusieron en sus coches es un testamento de la atención al detalle que han puesto.

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